domingo, 25 de septiembre de 2016

- Hidroterapia -

Hidroterapia: Kinesiología Acuática


La kinesiología acuática ejerce efecto particular en pacientes con patologías del
dispositivo locomotor, especialmente en los que se tenga como objetivo obstaculizar la progresión de la patología o promover el control sintomático. Los efectos transcurren principalmente por el efecto termal del agua - que disminuye directamente el dolor y los espasmos musculares - y de la flotabilidad del agua, que disminuye el estrés mecánico en los empalmes (Campion, 2000).

La kinesiología acuática es indicada para cuadros subagudos y crónico, dolor muscular, espasmo, edema, reducción de amplitud de movimiento y fuerza muscular, déficit de balance y pro-percepción, alteraciones posturales o en caso de pérdida cardiorrespiratoria, como después de operaciones o inmovilizaciones, especialmente cuando no se permite la descarga total del peso por una u otra razón. La hidrokinesioterapia también es utilizada como recreación o para el mantenimiento de la salud general, para los portadores de alguna patología crónica o grupos especiales, como los envejecidos y las embarazadas.

El tiempo de tratamiento varía de acuerdo con el paciente, su patología y condición
general (Skinner & Thomson, 1985). La temperatura ideal del agua también no es unánime entre los diversos autores, pero de forma general no puede ser inferior a 32º C en actividades estáticas (blanqueo) y no exceder 28º en las actividades dinámicas, considerando siempre que los envejecidos y niños pueden requerir temperaturas más altas por la sencillez más grande para perder calor (Ruoti et al, 2000).

La mayor parte de las ventajas de la kinesiología acuática se justifica por las influencias físicas del agua en el cuerpo sumergido, resultando en las ventajas fisiológicas y terapéuticas del tratamiento en piscina terapéutica. Las características mecánicas del agua toman en consideración la densidad del cuerpo sumergido, la relación entre su masa y volumen. Comparando la densidad del cuerpo sumergido con la del agua, es posible determinar si flota o sumerge.

La flotación, fuerza de empujar en la dirección de oposición a la gravedad, confiere a los cuerpos sumergidos un efecto de sustentación, permitiendo que las personas vivan diversas sensaciones y movimientos. La flotación también se opone a la acumulación del sangre venoso en los miembros inferiores, asistiendo a la
reducción de edemas y mejorando el tráfico venolinfático (Ruoti et el al, 2000; Skinner & Thomson, 1985).

Los cuerpos sumergidos también se someten a la presión hidrostática, impulso ejercido por el líquido en el cuerpo sumergido (Ruoti et al, 2000). Basado en los estudios de Pascal, la presión hidrostática confiere gran aumento en el trabajo respiratorio, fuerza necesaria para ganar de la fuerza externa que resiste la extensión torácica. Así, no es difícil entender las mejoras respiratórias que ocurren (Becker & Cole, 2000; Ruoti et al, 2000; Skinner & Thomson,
1985).

La viscosidad - o la resistencia del líquido - es causada por la fricción entre sus
moléculas, que tienden a adherir a la superficie del cuerpo que si mueve a través de ella, causando resistencia a su movimiento (Skinner & Thomson, 1985). Es responsable por la dificultad de movimiento a través del líquido.

Con este resumen que incluye conceptos físicos que también sustentan la kinesiología acuática, les presentamos el siguiente video para que se familiarizen con la dinámica del trabajo terapéutico en piscina. 

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